El éxito que indiscutiblemente están teniendo las franquicias Marvel y DC Comics con sus adaptaciones a la pequeña y gran pantalla me tenía bastante sorprendida. Cada día desde hace meses se hace pública la noticia de un nuevo proyecto, y la hoja de ruta marcada por Marvel con su segunda y tercera fase alargarán este fenómeno cinematográfico escandalosamente millonario hasta 2019, como mínimo. ¿Cómo es posible que los superhéroes hayan pasado del papel a la pantalla con un éxito tan acaparador en tan poco tiempo? ¿Son suficientes los fans de la viñeta y de los justicieros enmascarados para llenar salas de cine en todo el mundo y justificar presupuestos de doscientos millones de dólares? Decidí sumergirme de lleno en este mundo para tratar de comprender el fanatismo que despierta en la gente. Como se dice: si no puedes con ellos, únete.

Cuando era pequeña me gustaban los cómics y la idea de los superhéroes, como me imagino que pasa a la mayoría de niños. Al crecer dejé atrás esa etapa, y por eso siempre que oía noticias sobre películas de Marvel y DC Comics lo relacionaba con algo infantil y no entendía cómo podían amasar tanto público y convertirse en negocios millonarios. Después de un poco de investigación mi opinión ha cambiado radicalmente. Si se trata de algo para niños yo debo estar involucionando, porque después de ponerme al día con algunas de las mejores adaptaciones recientes puedo asegurar que he vuelto a recuperar mis raíces de superhero fan.

Hablando en plata, los cómics tienen argumentos surrealistas que difícilmente pueden contentar a alguien más que niños y fanáticos, pero lo que ha pasado con el género es que Hollywood lo ha hecho su nueva musa y se ha convertido en la apuesta cinematográfica más rentable de la década. La industria hollywoodiense invierte cientos de millones de dólares en estas producciones, de manera que acaban contando con los mejores recursos técnicos y el mejor equipo posible: los mejores guionistas, los mejores directores, los mejores actores, los mejores efectos especiales,… Todo esto ha hecho que se llegue a un punto en que, incluso si el argumento es algo flojo, el resto del trabajo es tan bueno y de tanta calidad que da como resultado películas excelentes.

Si tenemos que nombrar un punto de inflexión, cabe decir que la tendencia posiblemente empezara con ‘El caballero oscuro’ (Christopher Nolan, 2008). Hace pocos años las cintas de superhéroes y las adaptaciones de cómics en general eran consideradas poco más que serie B y quedaban muy lejos de las películas de calidad que optaban a premios y reconocimiento real, pero ‘El caballero oscuro’ y las secuelas que le siguieron fueron aclamadas por crítica y público, y empezaron una moda en el mundo del cine que se extendió luego al de la televisión y que aún a día de hoy no se ha detenido. Hay que reconocer, aún así, que probablemente el film de Christopher Nolan no hubiera marcado un tan obvio antes y después en Hollywood de no ser por la trágica pero brillante interpretación de Heath Ledger como Joker, que le valió un Oscar póstumo.

Dejando a un lado el hombre murciélago, el ejemplo más claro de esta calidad marcada por un presupuesto sin límites, y probablemente la mejor película del género hasta la fecha (con el permiso de ‘Guardianes de la Galaxia’), es ‘Los Vengadores’. El mérito se lo debe llevar sin duda Joss Whedon, director y guionista de la incursión al cine más ambiciosa de Marvel hasta el momento. Además de cargar sobre los hombros con el increíble peso que supone ser el máximo responsable de la adaptación a la gran pantalla de uno de los títulos más importantes de la compañía, Joss Whedon tenía la dificultad añadida de escribir un guión con personajes que, en su gran mayoría, acababan de tener sus propias películas individuales, todas ellas con resultados muy buenos. Iron Man, Thor, Capitán América,… el público ya estaba acostumbrado a verlos de una manera concreta que les gustaba, no podía haber cambios significativos en los actores ni en la manera de escribir los personajes sin poner en riesgo la taquilla. Así pues, Whedon debía escribir un guión basándose en el trabajo que habían hecho otros, trazando la personalidad que éstos antes que él habían dado a la nueva generación de unos personajes ya de por sí míticos. Su labor acabó siendo inmejorable, pues no sólo no restó identidad a ninguno de ellos sino que además ofreció una de sus mejores versiones.

Joss Whedon ya era conocido antes de ‘Los Vengadores’, pero gracias a ésta última se ha erguido definitivamente como un director y guionista de acción referente y uno de los mayores expertos del género superhero. Mirando atrás a su carrera es fácil ver que es algo que le ha apasionado desde siempre, y no ha escatimado esfuerzos para que la película fuera un reflejo perfecto de lo que realmente ven los fans de Marvel cuando leen los cómics y se dejan llevar por sus historias.


En resumen, puede que las películas de superhéroes aún tengan sus puntos flacos, sí, porque al fin y al cabo siguen siendo adaptaciones de un cómic y a un cómic no puedes pedirle realismo ni excesiva coherencia, pero esto ha dejado de ser un problema. Muy lejos estamos de las películas de serie B de los años 70 u 80, y resulta fácil afirmar con rotundidad que prácticamente todas las cintas de la nueva generación actual son merecedoras de galardones. Si aún no os habéis adherido a este fenómeno fan, os recomiendo que empecéis hoy mismo a poneros al día.