Soy del parecer que la animación no tiene porqué estar reñida con el resto de géneros cinematográficos, y al igual que es posible disfrutar con una sádica pero magnífica ‘Seven’ (David Fincher, 1995) o una complicada ‘Origen’ (Christopher Nolan, 2010), también puede haber tiempo para deleitarse con simpáticas películas Disney aún y sin formar parte de la franja de edad a la que van destinadas. Hay momentos para todo y ‘Toy Story 3’ es una obra de arte que tanto puede gustar a niños como a adultos.

‘Toy Story 3’ es la tercera y última parte de la serie empezada en 1995 con los juguetes de un niño llamado Andy como protagonistas. En esta entrega Andy ya es un universitario que se ha olvidado de sus antiguos amigos de plástico, y las aventuras a las que estos se enfrentan tienen un aire nostálgico que inevitablemente afecta a aquellos espectadores que, al igual que Andy, han crecido con esta trilogía de Disney y Pixar.



Perfecta, es el único adjetivo que puede definir ‘Toy Story 3’. Probablemente es la primera película que me ha obligado jamás a usar este calificativo, pero es que no hay mejor manera de expresar el trabajo empleado en esta cinta. Los creadores de esta saga eran conscientes de que, aunque es un film dirigido a un público infantil, iba a tener además muchos espectadores jóvenes adultos que ya habían visto las dos primeras entregas en su niñez e iban a querer ver esta también. Así pues, se encontraban con el problema de convencer a dos públicos distintos, que es algo que Disney ya suele hacer bastante bien, pero en este caso lo han hecho tan bien como era posible. Inmejorable.

Es una película para niños, pero cualquier adolescente o adulto que la vea va a disfrutar y quedará más que satisfecho. Un argumento impecable, entretenida y tiene un lado cómico tan bien encontrado que es imposible no reírse a carcajadas en algunas escenas. El detalle del Buzz español se ha convertido ya en mítico.


Lo tiene todo, si había una sola forma de hacer esta película para que fuera ideal, la han encontrado. Se me agotan las palabras para describirla, así que volveré a repetirme: perfecta.



Valoración: 10/10