Tom Delaney y Jenny Delaney en 'Safe' de Netflix
Safe se estrenó el pasado 10 de mayo en Netflix y trata la historia de Tom Delaney (Michael C. Hall), un padre que ha enviudado recientemente y que, tras la desaparición de su hija adolescente, empieza una búsqueda contrarreloj que le llevará a descubrir mucho más sobre su pueblo y sus vecinos de lo que podría haber imaginado.

El creador de Safe es Harlan Coben, un escritor estadounidense de novelas de misterio que ya había trabajado en el medio con anterioridad en The Five y Juste un regard. Además, la serie supone el esperado retorno a un papel protagonista de Michael C. Hall (al menos en televisión, porque sus más recientes hazañas tanto en el cine como en Broadway han sido de cuestionable éxito) después de que Dexter acabara en 2013.

Safe es una co-producción británico-francesa, y la diferencia existente entre estas y las producciones de Hollywood es palpable. No necesariamente peor, el look and feel de la creación de Coben es simplemente diferente a lo que Netflix nos tiene acostumbrados. Con menos aspavientos y más directa al grano, Safe tiene un tono sobrio y un guión monocromático más propio de las clásicas series de suspense escandinavas que de los thrillers americanos à la David Fincher que tanto se llevan últimamente. Sin embargo, esta austeridad acaba haciendo mella, y la temporada parece más falta de presupuesto a medida que avanza.


¿Ha acertado Hall volviendo a la televisión de la mano de Coben y Netflix? Puede que aún sea pronto para dar un veredicto al respecto, pero es cierto que la serie ha empezado a coger tracción estas últimas semanas y podría convertirse en uno de los éxitos del verano de la plataforma de streaming. Por encima de todo, hay que reconocerle un ritmo trepidante y unos giros de guión sorprendentes que facilitan, y mucho, el binge-watching. Además, cuenta con unas destacables interpretaciones por parte del reparto principal. Aún así, a lo largo de esta primera temporada Safe se topa con varios escollos que sortea más bien torpemente.

Al inicio, Safe deja al espectador enredado en mil preguntas: ¿qué me he perdido? ¿Por qué todo el mundo tiene una actitud tan rara? ¿Me lo parece a mí o todos los adultos tienen un semblante siniestro? De hecho, en sus más sutiles matices, Safe parece haber tomado prestados algunos trucos del manual de la reciente It (2017), que también mostraba una versión distorsionada y terrorífica de los adultos desde la perspectiva de los niños protagonistas.

Todas las escenas del piloto, incluso aquellas que aparentemente deberían ser felices o agradables como las que muestran una barbacoa al aire libre o una fiesta de instituto, están deliberadamente empañadas por una atmósfera espeluznante que busca dejar en la audiencia una sensación de incomodidad difícil de explicar. No es tarea fácil lograr una reacción así, valiéndose además solamente de sutilezas, por lo que es admirable el trabajo de guionistas y directores en este aspecto.


El problema principal de Safe es también una de sus características más atrevidas. Desde buen principio se nos muestra que no podemos fiarnos de ningún personaje porque, quien más quien menos, en esta serie todo el mundo está tomando decisiones cuestionables. Este elemento refleja una decisión creativa original y valiente, pero no muy recurrida en el género porque hace imposible empatizar con los protagonistas o interesarse por sus tramas.

Existen los anti-héroes y los villanos carismáticos, no hay necesidad alguna de pintar a los protagonistas como unos santos, pero sin un mínimo de carisma o elementos que faciliten la empatía del público es muy fácil que este acabe perdiendo el interés.

En definitiva y para resumir todo lo anterior, la lista de pros y contras roza el empate en el caso de Safe. Aunque los guionistas aciertan a la hora de crear un misterio y mantener la expectación del público episodio tras episodio, fallan en la construcción de los personajes que se ven enredados en dicho misterio, desluciendo el producto final. Vale la pena verla para no perderse la conversación que se está generando a su alrededor (es lo que tiene Netflix, que siempre logra captar la atención), pero difícilmente se convertirá en una de tus favoritas.