Netflix estrena Túnel de corrupción, sobre el escándalo Lava Jato brasileño

Túnel de corrupción, o su título original O Mecanismo, es una serie original de Netflix de producción brasileña basada en la Operación Autolavado, también conocida como Operación Lava Jato, considerada por las autoridades de Brasil como la mayor investigación anti-corrupción de la historia del país. La serie se estrenó el pasado viernes 23 de marzo en la plataforma de streaming, cuenta de momento con una primera temporada de 8 episodios y ha sido creada por José Padilha, un conocido productor, guionista y director brasileño que ya tenía lazos con Netflix tras haber participado en la producción y dirección de varios capítulos de Narcos.

El nombre tan particular que recibió esta operación, Autolavado, se debe a que las autoridades encargadas de la investigación descubrieron que existía toda una red de lavanderías y gasolineras brasileñas que estaban siendo usadas para el blanqueo de capitales procedentes de actividades delictivas. Estuvieron implicados en la trama políticos, fiscales, policías y empresarios ampliamente reconocidos en Brasil.

El escándalo se destapó en 2014, así que la serie cuenta con el elemento siempre positivo de tratar una historia de cierta actualidad. Aún así, el episodio piloto de Túnel de corrupción ha sido una decepción. Ni la trama ni las interpretaciones nos dan motivos suficientes para convencernos de seguir viendo más allá de este primer episodio y, a juzgar por el pobre trabajo que ha hecho Netflix en promocionar esta serie, casi parece que ni ellos mismos se vean capaces de persuadirnos para que le demos una oportunidad.


El protagonista, Marco Ruffo, interpretado sin mucho entusiasmo ni florituras por Selton Mello, es el trope clásico de agente de policía brillante pero torturado, demasiado impulsivo para su propio bien y condenado por sus propias acciones. Los tópicos existen por un motivo y a veces es posible reinventarlos con una visión interesante, pero no es el caso de Túnel de corrupción, que nos presenta a este raído antihéroe, nos desvela a toda prisa y tirando de sobreexposición su personalidad conflictiva y los demonios que le acechan, y espera que en la escena siguiente ya empaticemos con él o nos importe lo más mínimo su historia.

En lo que respecta al resto de personajes, no hay ninguno que logre destacar por encima del torpe bidimensionalismo con el que han sido diseñados. No es posible apreciar ni una pizca de originalidad ni de inspiración en sus rasgos, más bien todo lo contrario; los guionistas parecen haber aparcado cualquier tentativa de innovación en favor de establecer un reparto de secundarios típico de cualquier serie policíaca del montón.


Por otro lado, y a pesar de la base histórica real de la que disponían los creadores de la serie para trabajar, la trama de Túnel de corrupción se acerca más a un capítulo malo de cualquier procedimental americano que a la sustituta natural de Narcos que nos querían vender en el tráiler.

En definitiva, a menos que tengáis mucho interés en lo que ha sido una de las tramas de corrupción más escandalosas de los últimos años, y a juzgar por este primer episodio piloto, Túnel de corrupción no es una serie a la que merezca la pena dedicarle tus horas libres. Si tienes mono de jerga de narcotraficantes y tiempo suficiente para marcarte un binge-watching, mejor vuelve a ver la última temporada de Narcos.