A veces, el éxito de hoy es el fracaso del mañana; si es que dejar tu nombre marcado a fuego en la historia del entretenimiento y nadar en millones obtenidos a base de royalties eternos y fans entregados puede considerarse un fracaso. No nos engañemos, forma parte de la naturaleza humana el querer siempre más, ya sea dinero o reconocimiento, y todos los actores de esta lista (y otros tantos que se han quedado fuera) han demostrado con sus numerosos intentos de permanecer relevantes que, si han acabado con pie y medio en la tumba de viejas glorias hollywoodienses, no ha sido precisamente porque desearan una jubilación anticipada.

Últimamente se ha hablado mucho en cine de actores que parecen haber nacido para interpretar a esos personajes que los han lanzado a la fama o asentado en ella, entre ellos Robert Downey Jr. con Iron Man o, más recientemente, Ryan Reynolds y su legendario Deadpool. Este concepto, sin embargo, se originó en la televisión. Es bien sabido por todo el mundo que resulta más fácil llegar a conocer a un personaje, tanto para el público como para el propio actor interpretándolo, cuando ese personaje existe en un medio que te ofrece varias temporadas y algunos cientos de episodios para familiarizarte con él. La televisión nos brinda algo que el cine, en la mayoría de los casos, no puede: tiempo (aunque Marvel y sus quince películas por año quieran romper el molde).

A veces, pero, y volviendo a lo que decíamos al inicio del artículo, esta complicidad que un personaje logra con su audiencia a base de tiempo se convierte en una condena para el actor que le da vida. Esto es lo que ocurre cuando un actor nunca logra escapar la sombra de ese personaje que convirtió en icono, quedando su nombre e imagen fundidos con los del mismo en el imaginario de los espectadores para siempre. Si no media un oportuno golpe de suerte, esta situación suele ser irreversible.

Hay una distinción importante a hacer aquí, sin embargo. La condición de actor encasillado puede darse a raíz de dos circunstancias, la primera de ellas siendo simplemente un golpe de mala suerte. Son cosas que pasan, te vuelves rico y famoso de la noche a la mañana y ya nunca más puedes quitarte de encima la serie que la gente asocia contigo. En el segundo tipo de casos, pero, (y aquí es donde nos enfadamos) los actores quedan encasillados porque simplemente no saben hacer nada más. Nos han enseñado sus mejores cartas con esa interpretación y todo lo que nos han dado después ha sido o una versión descafeinada de eso mismo o, lo que es peor, un fiasco que demuestra una enorme falta de talento fuera del nicho interpretativo con el que dieron en su debut.

Así pues, hoy vamos a repasar algunos actores condenados por sus personajes estrella que seguro que os suenan, e intentaremos determinar si en su particular caso estamos hablando de mala suerte o falta de talento. Esto tiene todos los ingredientes para acabar con una guerra de fandoms, pero nos gusta el riesgo.

Sin más dilación, aquí sigue una lista con algunos actores que probablemente alguna que otra vez se han arrepentido de haber puesto cara a sus personajes estrella:

1. Matt LeBlanc – Joey Tribbiani (Friends)


No hay discusión posible acerca de quién debe ocupar el número 1 de esta lista. El eterno Joey. Aquel que viene a la mente de todo el mundo cuando se piensa en actores encasillados. Ya sean aquellos que vivieron el frenesí de Friends mientras ocurría o esos otros que ya lo engancharon en su etapa de serie de culto, el público nunca dejará de ver a Matt LeBlanc como el comic relief por excelencia de Friends.


A decir verdad, aunque a las chicas de Friends les ha ido bastante bien después de que acabara la mítica serie, no se puede decir lo mismo de ninguno de sus homólogos masculinos. Matthew Perry es el que ha trabajado más, aunque ha sido dolorosamente ignorado tanto por parte del público como de los medios, y David Schwimmer había desaparecido de la faz de la tierra hasta que el año pasado interpretó (con gran acierto, cabe decir) a Robert Kardashian en The People v. O.J. Simpson: American Crime Story. No os preocupéis mucho por ellos, pero. Los contratos multimillonarios que negociaron para las últimas temporadas de Friends son ya famosos en la industria. Si han sido listos, pueden permitirse no trabajar nunca más.

2. Sarah Michelle Gellar – Buffy Summers (Buffy the Vampire Slayer)


Todo el mundo sabe quién es Buffy Summers. Seguro que la mayoría reconocen también el nombre de Sarah Michelle Gellar. Pero, ¿quién se anima a explicar de dónde salen los nombres de Bridget Kelly, Sydney Roberts y Daphne? Si reconocéis este último seguro que es gracias a Cartoon Network y no precisamente por la gran huella que dejó la actriz en su versión live-action. En efecto, todos los anteriores son nombres de personajes a los que Sarah Michelle Gellar ha dado vida después de que Buffy the Vampire Slayer acabara en 2003 (sí señor@s, ya han pasado catorce años), pero salta a la vista que no le ha ido muy bien. Aunque, bueno, Scooby-Doo como mínimo califica para guilty pleasure, y hay pocos de éstos que no apetezcan una tarde lluviosa de domingo.

3. Neil Patrick Harris – Barney Stinson (How I Met Your Mother)


Neil Patrick Harris hizo un trabajo impecable en How I Met Your Mother, y eso es innegable. Su aportación personal a Barney Stinson elevó al personaje al estatus de leyenda, una tarea que muy pocos actores (si es que alguno) habrían logrado en su lugar. Su carisma, esos toques tan oportunos de physical comedy que se convirtieron en marca personal de nuestro womanizer favorito,… Es en estos elementos, en los detalles que no están en el guión, dónde se ve la calidad de un actor. Paul Newman solía decir que “In the right role, I’m priceless” y siempre voy a defender que Neil Patrick Harris era simplemente perfecto para el papel de Barney Stinson. Mucho me temo, pero, que también fue con ese personaje que tocó techo.

Quién haya visto Gone Girl sabrá que Neil no tiene rango dramático, ni de lejos. Es imposible creerse ninguno de sus intentos por interpretar a personajes serios, e incluso cuando aún trabajaba en How I Met Your Mother y le tocaba hacer alguna escena lacrimógena, era como ver a uno de los actores quinceañeros de MTV intentando fingir que se les había muerto el gato o algo igualmente absurdo.

En cuanto a su vertiente cómica que tanto hemos elogiado al inicio de estas líneas, y a juzgar por A Series of Unfortunate Events que acaba de estrenarse en Netflix, cabe decir que a NPH no le bastará con interpretar a Barney Stinson una y otra vez bajo distintos nombres si lo que quiere es labrarse una reputación más allá de la mítica serie que lo puso en el mapa. ¡Vamos Neil, confiamos en ti!

4. Hugh Laurie – Dr. Gregory House (House)


Hugh Laurie es un excelente actor y probablemente uno de los profesionales más camaleónicos presentes en este artículo. Ya había estado trabajando a buen ritmo mucho antes de obtener el papel protagonista en House y a día de hoy sigue siendo un habitual de nuestras pantallas, pero no se puede decir que Laurie haya llegado a capitalizar el éxito de masas que en su día fue la serie del doctor más borde de Norteamérica. Aunque éste año le ha ido bastante bien con The Night Manager, al menos en lo que refiere a crítica y galardones, el último intento de blockbuster al que prestó sus servicios (Tomorrowland) acabó siendo un fracaso de proporciones épicas. Parece ser que todo aquello que funciona para él en televisión no se traduce luego a la gran pantalla, y se ha quedado atrapado en esa difusa zona gris que existe entre ser un flamante Dwayne Johnson y un quiero-y-no-puedo Kit Harington.

5. Jim Parsons – Sheldon Cooper (The Big Bang Theory)


Si de actores de una sola nota se trata, Jim Parsons se lleva la palma. ¿Qué tienen en común The Normal Heart y Hidden Figures? Pues que ambas son películas de 10 merecedoras de todos los premios dados y por dar y ambas cuentan con terribles interpretaciones del veterano de The Big Bang Theory. Parsons ha aprovechado su status de actor más bien pagado de la televisión para hacerse un hueco en algunos de los mejores proyectos cinematográficos de los últimos años y aún así se las ha arreglado para hacerlo fatal en cada ocasión.


Sí, Sheldon Cooper es de lo mejor que Hollywood nos ha dado ésta última década y ya nunca más dejaremos de asociar el personaje con los iconos pop culture de nuestra generación, pero la cruda realidad es que Jim Parsons no ha hecho absolutamente nada aparte de The Big Bang Theory que le valga la confianza del público. Aunque nos duela, no sería justo negar que aún tiene que demostrar que tiene algo más que Sheldon Cooper escondido en su chistera.

6. Sofía Vergara – Gloria Delgado-Prichett (Modern Family)


El caso de la actriz de Modern Family es muy parecido al de Jim Parsons. A todos nos encanta Gloria, pero eso no justifica que Sofía Vergara nos ofrezca una y otra vez su estereotipada versión de una colombiana sexy y chillona sea cuál sea el papel que realmente esté interpretando. Desafortunadamente, a éstas alturas ya ha quedado más que claro que los directores de cásting no se fijan precisamente en su gran talento para contratarla.

*Bonus: Bryan Cranston – Walter White (Breaking Bad) / Hal (Malcolm in the Middle)


Hablemos de Bryan Cranston. Sí, hablemos, porque éste es un caso especial que debería ser objeto de debate en clases de business management y relaciones públicas. El caso de Cranston no es uno de falta de talento, en absoluto.

Antes de que nadie salte a mi yugular, soy muy consciente de que Bryan Cranston no está en la misma situación que el resto de actores aquí nombrados. Al contrario que éstos, Walter White no encasilló a Cranston, sino que sirvió para relanzar su carrera después de que la fama de Malcolm in the Middle se desvaneciera. Además, permitió que fans, críticos y ejecutivos de Hollywood vieran una faceta del actor que nunca había tenido ocasión de brillar en sus papeles cómicos, dejando claro así que tiene rango interpretativo para rato.

Nadie pone en duda que, después de Breaking Bad, los estudios se rifaban al veterano actor. Él aprovechó la bonanza post-exitazo para aceptar aquellos papeles que le parecieron más interesantes o divertidos a nivel personal (i.e. Godzilla), sin tener en cuenta las probabilidades de fracaso que éstos tuvieran. Sorprendentemente, esta actitud indolente le llevó a amasar un admirable número de nominaciones, algunas de ellas incluso culminando en los tan deseados galardones (aunque, como en el caso de Argo, no fueran a nivel individual). No obstante, sus éxitos estos últimos años son sólo comparables a la cantidad de películas ridículas, de bajo presupuesto, cero talento asociado y premisa de vergüenza ajena que también ha hecho. Y eso que aún no se ha estrenado Power Rangers.


Tuve la ocasión de ver a Bryan Cranston en una pequeña charla que dio el año pasado en la Facultad de Artes Dramáticas de la USC, en Los Ángeles, y está claro que no le preocupa en absoluto que estos roles de dudoso pedigrí que ha estado aceptando últimamente diluyan el sello de calidad de su marca personal. Por supuesto esa es su decisión, y sin duda tiene ya suficiente dinero como para poder dedicar el resto de su carrera a elegir personajes simplemente porque le parecen divertidos de interpretar, aunque luego el film sea un fracaso en todos los aspectos. Aún así, le convendría al Sr. Cranston recordar que la fama es efímera, igual que el dinero, y no es nada fácil en este negocio lograr el reconocimiento suficiente como para que los estudios y altos ejecutivos de Hollywood te tengan en cuenta. Si no, que pregunten al resto de actores de ésta lista.

Aunque sus mejores trabajos demuestran un cierto buen ojo, puede que sea la arrogancia lo que pierde a Bryan Cranston. Una de las perlas que dejó caer a los jóvenes aspirantes a actores que acudieron a la charla fue: “Cuando hagáis una audición, no penséis que os estarían haciendo un favor si os contrataran, sois vosotros que les hacéis un favor a ellos prestándoles vuestro talento.” Vale, tío.

¿Qué pensáis vosotros? ¿Qué actores añadiríais (o suprimiríais) de ésta lista? Hollywood tiene muy poca memoria y cada año deja en el olvido a varios actores que anteriormente había venerado, ¡seguro que 2017 no será diferente!